lunes, 3 de agosto de 2009

wunderschön

Julio del 2009
Me cuesta mucho irme, aún cuando yo tengo ganas o incluso cuando los demás quieren que me vaya, me cuesta mucho irme. Es como si no encontrara el momento justo para decir “me voy”, como si creyera que hay un momento exacto en el cual decirlo e irse, y así es como muchas veces miro el reloj pensando que cuando pase un tiempo determinado yo voy a decir que estoy cansado y, acto seguido, me voy a retirar. Esta vez la cosa venía un poco más complicada, ya que la reunión era en el living de mi propia casa, con mis amigos. Dos amigos de toda la vida, un chico que era más amigo de ellos que mío y dos chicas eran el total de personas que estaban reunidas además de mí.

No iba a echarlos, de hecho, no quería echarlos, simplemente estaba un poco perdido en esa situación, no sabía de que hablaban por más de que yo estuviera ahí, es como que estaba absorto en mis propios pensamientos, que a su vez estaban bastante inconexos. No estaba pensando en nada en particular más bien se me venían a la cabeza un montón de vivencias que poco y nada tenían que ver una con la otra, algún reproche que me habían hecho en la terapia, las escenas finales de la película Eterno Resplandor, y algún que otro recuerdo gracioso de la época del secundario.

Tenía la mente en blanco (o quizás en muchos tonos distintos de colores a la vez) y no se me ocurría que comentario acotar en la conversación. Tenía un poco de ganas de hablar con la chica de pelo castaño claro, pero era un poco incómodo ya que me trataba con cierta distancia, quizás porque sabía que un poquito me gustaba pero que también le gustaba a mi gran amigo Pom y esa era una situación difícil para todos.

Para los demás esa era una situación cotidiana, para mí, aburrida. No quiero decir que sea de las personas que siempre buscan romper los hábitos, y que odian la rutina, de hecho soy más bien todo lo contrario, si yo manejara el mundo, éste sería un lugar bastante seguro y tranquilo, pero, para los ojos de muchas personas, un lugar mucho más aburrido.

Sin saber que hacer, sin encontrar motivación, me deje a merced de lo que podía hacer en ese momento, sentarme, escuchar, mirar y pensar, y todo sin muchas ganas, hasta que se apareció. Había llamado mi atención, ¿qué hacía en mi casa a esa hora? ¿qué hacía en mi casa? Pero eso no importaba tanto como ya el hecho mismo de que ella estuviera ahí, como decía Oscar Wilde, la belleza es superior al genio, no necesita explicación.

Para los demás posiblemente su presencia resultaba irrelevante, o al menos eso esperaba, no quería que los demás se fijaran en ella, ya que me pondría celoso. Ella por su parte simplemente paso por el living saludando y se dirigió al cuarto de mis viejos, capaz para hacerle una consulta a mi vieja sobre alguna materia que estaba cursando, en realidad, para ser sincero, desconozco por completo que es lo que había ido a hacer, yo simplemente la seguí para poder hablar con ella, ya de por sí era raro verla.

Antes de cerrar la puerta del living que daba al pasillo saludé a mis amigos con mucho énfasis como aclarando que iba a hacer algo importante, cual Armstrong subiéndose a la nave espacial en dirección a la luna.

Mis viejos por suerte no estaban, así que le propuse de ir a mi cuarto. Hablamos de distintos temas, la facultad, los estudios, los amigos, el peronismo. Era un tipo de persona bastante difícil de encontrar, de ninguna manera era alguien que se conocía todos los días. Siempre fue difícil encontrar una mina que sea inteligente, con inquietudes y linda a los veinte. Algunos amigos ya grandes, me decían que me dejara de joder, que era al pedo hablar de Nietzsche con minas y que en un curso de alemán nunca iba a conocer a nadie, lo cual me había bajoneado bastante ya que de esa manera habían derribado los principios de mi mundo como si lo hicieran con esas bolas de hierro que usan para demoler construcciones viejas.

Si bien no la había conocido en un curso de idiomas, Roma, era increíble. Linda, inteligente, creativa y tenía cierta conciencia ciudadana, yo pensaba que era imposible encontrar a alguien con esas cuatro cualidades. Y ojo, era alguien que tranquilamente podía amoldarse al sistema y vivir la vida de cualquier persona superficial. Estaba en contra de la motriz pero por sus propios valores, tampoco era de esas que dicen que son feministas, pero que en el fondo, muy en el fondo, su gran problema es que tipos como Brad Pitt no les dan bola.

Yo creía que se había puesto más alta en el tiempo que llevaba sin verla, que de hecho, era más de un año, pero según ella o no lo había notado, o sólo me parecía a mí. Me encantaba su pelo, de color anaranjado oscuro o castaño rojizo, que ocupaba un gran volumen, sus ojos eran de esos que a la distancia llaman la atención y cuando te acercas te das cuenta que son verdes. Algunas personas, me dicen que me fijo demasiado en lo estético, puede ser que sea cierto, pero aún así, Roma era una persona increíble, mas allá de su pelo anaranjado era alguien muy creativa y ocurrente, siempre que hablaba con ella sentía que lo que tenía para contar no era tan importante como había pensado antes de verla. Por otro lado, cada vez que discutíamos terminaba sintiendo que no tenía argumentos sólidos para defender mi postura, mientras que cuando estábamos de acuerdo sobre algún punto, siempre me daba la impresión de que la postura que sosteníamos se podía defender mejor de lo que yo lo hacía.

Me arriesgaría si dijera que Rou era peronista. Me arriesgaría por un lado porque nunca pude confirmar que lo fuera, y por el otro porque muchos podrían de esta manera tener una imagen negativa de ella. Muchas personas consideran al peronismo como a algo de mal gusto, y quizás en algún punto hasta tengan razón, sin embargo el peronismo tiene algo que ni el liberalismo, ni el socialismo tienen, y es la facultad de poder adaptar la ideología al grupo o a la persona. El adjetivo “peronista” es muy amplio, y es por eso que es un poco complicado saber si lo era o no. Si ella no lo era, al menos creo que podría decirse que su ideología tendía a una izquierda nacional perteneciente a la clase media ilustrada.

Cuando creo en Dios (porque no creo en Él todos los días), aparte de haber nacido en Argentina y no en otro lado, le agradezco que alguien como Rou exista, y que yo haya llegado a conocerla. No pocas veces ella me había dicho que yo la idealizaba y que si la conociera más no hablaría tan bien de ella. La verdad era que tenía grandes virtudes difíciles de encontrar en la mayoría de la gente, y que sus defectos no debían ser de mucha importancia, o al menos, los ocultaba bastante bien.

En realidad si conocía un defecto importante suyo, algo que le impedía transformarse en la chica ideal. Y esto era que lo que yo sentía por ella no era recíproco. Desgraciadamente yo no era correspondido. Siempre que le hacía algún elogio me decía que exageraba o que la idealizaba, cosa que con las minas que gustan de uno nunca pasa, a lo sumo se ruborizan o piensan que no es para tanto, pero aceptan el cumplido. Me golpeó duro cuando me preguntó por Laura, “esa rubia que me encandilaba”. Laura era una mina de mi entorno que era muy linda pero que en realidad no me gustaba, simplemente después de que Rou me hubiera rechazado y que se pusiera a hablarme de un chico que le gustaba mucho pidiéndome consejos, yo había sacado a Lau para hacerme el interesante y ver si llamaba su atención o si se ponía celosa. No había funcionado.

Nos quedamos hablando de distintas cosas hasta que en un momento no pude aguantar más, no podía verla muy seguido, y ya las ganas de abrazarla y besarla eran incontenibles, de manera que, acto seguido, eso fue lo que hice. De repente me miró mal, no enojada, sino más bien preocupada, con una mirada que mezclaba la pena y el reproche, y me dijo:
- ¿Ves? Por eso me molesta que…
No me acuerdo que fue lo que terminó de decir, seguramente fue algo como “por eso no me gusta venir seguido acá” o “por eso me molesta que hablemos de estos temas”. A partir de ahí mi memoria, que es tan elogiada por guardar recuerdos que otros tiran, empieza a volverse borrosa. Lo que me acuerdo después es que estábamos en la Diagonal Norte (era de noche), la estaba acompañando a alguna de las combis, pero ella se había despedido antes y se apuró a alcanzar el micro. Cuando quise mirarla de lejos, ya no la veía.
Al rato me había empezado a sonar el celular, un número que no conocía, pero que seguramente era de ella, ya que tenía dos celulares y uno de los números no lo tenía archivado en el mío. Atendí y me preguntaron por una tal Emperlina. Se habían equivocado de teléfono, pensé mientras me volvía para casa.

6 comentarios:

victoria ruiz dijo...

wau! que manera de contar eh?

suele pasar eso de no ser correspondido, pero seguramente hay alguien mejor esperándote.
(seguro que esto lo escuchaste mil veces y capaz que ni lo creas, confiezo que yo tampoco tanto :S)
pero bueno...en algo hay que creer no?

victoria ruiz dijo...

está bien, puedes que tengas razón!

gracias por el "todo lo mejor en la semana" porque justo ESTA lo voy a necestiar!
lo mejor para vos también!
saludos!

Martín Gustavo Vitale dijo...

Hay veces que la realidad es mucho más excitante que la ficción. Si pensábamos que las experiencias cotidianas no podían llegar a golpear tanto nuestra cabeza, esta entrada seguramente nos hará cambiar de opinión.

Muy bueno ;)

Virginia dijo...

Que bien que escribis Bellis. Este texto y vivencia me sonaron muy Cortazarianas. ¿Leiste algo de el?.
Hay 2 cosas que me gustaria acotar respecto al texto:
*El amor, *La concepcion de chica linda.

En si las dos van entremezcladas, pero nunca estuve muy a favor de la opinión "una chica linda no podría hablar de temas interesantes". Para mi , en estos casos...conviene relajarse y ser uno mismo...hablar de lo que a vos te interese sin ese prejuicio ¿Quien dice que no te llevas una sorpresa?
El amor de por si obnubila cualquier tipo de pensamiento. Es tan irracional que creo que lo que contaste al principio se debio a eso ..(digo esto porque me ha pasado una que otra vez). Pero si hay algo que es sumamente importante en tu relato, que es esa sensacion que todos vivimos cuando estamos frente a alguien que nos llama poderosamente la atención, que nos quedamos absortos. Bueno, en cuento a eso, yo considero que es natural...lo no-natural es "tratar de ver como llegar con un tema en común". Por ahí hay que dejar que las cosas vayan surgiendo, pero nunca nunca...perder nuestra esencia frente a esa persona.
Espero haberme explicado bien.
Yo que vos disfruto de sentir eso, porque esa sensación no te la produce cualquier persona!
Un besote grande, excelente texto!

Virginia dijo...

Me quedé con una duda: ¿Emperlina es un nombre que existe? ¿No habra sido ella? Besos!!!

Just a Girl dijo...

a mi me cuesta mucho aceptar cumplidos,sea de quien sea... si es de un chico q me gusta me hago la boluda y salto con cualquier otra cosa,digo algo ironico, o tb suelo decir "nos pusimos cursis", "todo bien no me tenes q chamuyar"... y hasta llegue a decirle a un chico una vez "mira no me digas mas q soy linda porque yo se q no lo soy, puedo ser divertida, copada y hasta graciosa, pero si de algo estoy segura es de que linda no soy y ojo! me la re banco"...
ahora me doy cuenta q me equivoque, que quizas para el soy linda y punto, mas alla de cualquier parametro social de belleza.
Y no se porque salte con esto, pero fue lo q me toco mas de cerca de tu relato...