domingo, 17 de octubre de 2010

Tango Feroz: la leyenda de Tanguito

Me acuerdo que al principio de la novela El Guardían entre el Centeno de Salinger, Holden, el protagonista, dice algo así como “soy casi analfabeto, pero me encanta leer”. Esa fue una frase que me gustó mucho, ya que me sentía identificado, y además, con el tiempo me fui dando cuenta que, en mi caso, no solamente podía aplicarse al campo de la lectura sino también al del cine. Me gusta mucho ir al cine y me encanta ver películas, pero no conozco casi un solo director, y en general elijo las pelis mas que nada por las reseñas en los diarios, los avances, y hasta por los nombres o los pósters.

Cuando me junto con amigos a ver algún film, por lo general no me gusta que se trate de una película muy de culto o con un guión muy elaborado, tampoco me gusta que sea algo para un target muy específico, como podrían ser las películas de los Beatles. No es que no me gusten ese tipo de historias, todo lo contrario, pero en general, cuando veo una película con mis amigos en mi casa o en la de alguno de ellos, después de comer una pizza, no me gusta tener que concentrarme demasiado en prestar atención. En esos casos prefiero un film que pueda ver relajado haciendo comentarios y riéndome en voz alta.

En esa categoría entraron películas como Mercano el marciano (muy original y pionera para su tiempo), Zenitram (bastante berreta, aunque la situación la salvaba) y No sos vos, soy yo, con Diego Peretti y Cecilia Dopazo (una historia un poco simple, pero con varias escenas originales y partes tiernas). Fue cuando nos juntamos a ver ésta última película, que uno de mis amigos había nombrado una peli sobre “Tanguito”, un músico argentino al cual le había costado mucho trabajo salir adelante y hacerse conocido, o al menos eso había entendido yo en ese momento. Este amigo me nombró dos frases de la película, una que decía “no me vendas, porque no tenés con qué comprarme” y la otra era la famosa parte acerca de la inseguridad, que luego terminó siendo desvirtuada por 678, ya que la frase original era un poco mas larga que la que pasaban en el programa y además tenía un sentido más amplio y un contexto histórico diferente.

Una o dos semanas después le hablé a Kurosawa de una película que podíamos ver juntos y que decían que era muy buena: “la película de Tanguito”. A lo cual ella me respondió que ya la conocía, que si, que estaba muy buena, que la tenía grabada y la podíamos ver. Yo acepté.

La película era del ’93 (no era nueva pero yo ya había nacido para cuando la habían estrenado en los cines), sin embargo la trama se situaba entre fines de los años ’60 y principios de los ’70.

La historia empieza con un recital donde el protagonista, Tanguito, canta justamente el tema que da nombre al film: Tango Feroz. Al poco tiempo de terminar la canción llega la policía y arresta a casi todos los presentes. Es en la comisaría donde Tango conoce a Mariana (interpretada por Cecilia Dopazo), la protagonista femenina, una chica que también fue detenida esa noche pero por motivos diferentes más vinculados, aparentemente, a la militancia en la facultad.

“Sí puedo hacer que ella se enamore de mí, si puedo volverla loca, voy a ser inmortal”, le comenta Tango a un amigo suyo que estudia para ser director de cine (o guionista, no estoy muy seguro). El deseo del cantante empieza a cumplirse luego del segundo encuentro con Mariana, en una manifestación de la FUA (da la impresión de que el protagonista va especialmente para ver si puede encontrarse con ella). A partir de ahí, ya se nos presentan la mayoría de los personajes y vemos los problemas de Tango para hacerse conocido y los obstáculos que surgen por querer cantar en castellano y que la gente entienda sus letras (en aquella época lo más común era que el rock fuese cantado en inglés). “La gente sólo quiere saltar, no le interesa lo que vos tengas para decirles”, le comenta un posible productor. A lo largo de la historia vemos algunos aspectos típicos de la época (los conciertos medio a escondidas, la represión) y personajes típicos de siempre (el artista que trata de pegarla sin hacer algo comercial, el que está un poco con el arte y un poco con el negocio, el que parece buen amigo pero se resigna y no hace nada por ayudar en los momentos cruciales, etc). Es muy destacable también la subtrama en la que entra en escena Ángel, el personaje interpretado por el actor español Imanol Arias, que representa un quiebre en el rumbo de la historia.

Es una muy buena película, de esas que, si bien tienen una larga duración, no son muy densas y uno sigue muy atento cada cosa que va pasando (ya terminamos hablando de un film que no es de los más propicios para ver con amigos según los criterios que había nombrado al principio). Me gusta el hecho de que me haga sentir interés por los personajes y termine con un final bastante inesperado (al menos para mí, ya que para otros podría resultar muy obvio). En ese sentido me recuerda un poco a la película mexicana Elisa antes del fin del mundo, ya que uno sigue la trama con mucho interés y el final era muy posible, quizás hasta obvio, y aún así no era tan predecible.

Resulta también muy interesante como muchas veces se marca más en la película (o en una obra en general) la época en la que fue creada que el tiempo en el que se sitúa la historia, el resultado termina siendo una mezcla entre los noventa y los sesenta.


Una muy buena película altamente recomendable, aún para aquellos, como yo, que no están muy familiarizados con la historia del rock en la Argentina. Dicho sea de paso, si bien la historia de la película es muy linda, no tiene mucho que ver con el verdadero Tanguito, que en realidad era un tipo bastante ingenuo, colgado y gracioso, y no alguien tan rebelde e idealista.