Y a rodar y a arrollar la vida

Me siento como un hámster corriendo en una rueda, lo cual es bastante curioso ya que paso entre siete y nueve horas por día sentado. Ahora que trabajo y estudio siento que tengo un rol activo en el transcurso de la semana, quiero decir que siento que a la semana “la hago pasar yo”, cosa que antes no sentía, antes “pasaba sola”. Por eso siento que estoy en una rueda: corro, corro y corro (a pesar de estar sentado) hasta que llega el momento esperado que es el fin de semana, donde me muevo más lento, pero al final, al final de todo, vuelvo al lugar donde estaba antes, el lunes. Y es así como la semana tomó la forma de rueda.
Ahora en el medio de esa rueda me tiraron una piedra, esto se traduce a que me atrasaron la fecha de los parciales. En principio esto suena bien, ya que aparentemente tendría más tiempo para estudiar, pero NO, no hay más tiempo para estudiar porque antes de tener el parcial vamos a ver temas que entrar en el segundo parcial, por lo que va a haber que leer más y dividir los tiempos entre leer el material de la primera evaluación, y el de la segunda para no estar atrasado.
Los profesores dicen: “Ah, pero ustedes siempre piensan en parciales y notas, no les preocupa aprehender la materia bien”. Es verdad, concuerdo con su propuesta, tenemos que interiorizar la materia, comprenderla, hacerla nuestra y no solamente repetir. Está perfecto, estoy totalmente de acuerdo, pero cuando es importante demostrar que sabés, cuando hay que evaluar a mucha gente y hay un determinado sistema para hacerlo, para ver cuánto sabe cada uno, o al menos cuánto de la materia (aparentemente) entiende, y para eso se toman parciales y finales, es imposible hacerlos de lado u olvidarse que existen. Hay que hacer nuestra la materia, pero al mismo tiempo adaptarse a las evaluaciones convencionales.
Quiero dar el final ya y luego tener esas pseudovacaciones posparciales, cuando ya no hay nada que estudiar a corto plazo y a uno se le permite “hacer a la rueda girar más lento”.