domingo, 6 de septiembre de 2009

B.H.A.: Capítulo 1

Diez y media de la mañana. La hora en la cual yo por lo general tomaba mi pausa en el trabajo, y esa no iba a ser la excepción. Desgraciadamente Margarita, quién solía ser mi compañera de breaks con la que tomábamos un café en la cocina mientras hablábamos de cine europeo, y de costumbres del idioma y la cultura alemana, ya llevaba más de dos semanas sin venir. Por ese motivo, tuve que bajar a la calle y dar un par de vueltas, mirando las vidrieras de algunas librerías que estaban por la zona. De paso me di una vuelta por el Delicity que estaba enfrente de mi trabajo y me compré un par de chipas, o como les gusta decirles a ellos, panes de queso.
Hay días en los que realmente deseo aburrirme ya que de esa manera el tiempo pasa mucho mas lento y cuando vuelvo al trabajo, no lo sufro tanto. No es que me disguste trabajar, pero algunas veces puedo realizar mis tareas mientras en realidad pienso en cualquier otra cosa, como películas o anécdotas de amigos, y en el peor de los casos, gente que no me banco.
Todavía me quedaban veinte minutos de break que los pasé mirando un poco los productos de un negocio de comics. Fue ahí cuando sentí que alguien apoyaba la mano en mi hombro. Gracias a Dios, no se trataba de esos tipos desagradables que te reparten papeles de gatos de dos mangos con cincuenta.
- ¡¡Hola Brunito!! ¿Cómo anda Brunito?
- ¡¡Ah!! ¡Hola!, ¿Cómo andás, che?
Se trataba de Luciana una suerte de amiga mía, mas bien conocida. Era maestra de grado en el colegio al que yo iba, igual nunca me tocó porque yo había entrado recién en séptimo grado, y ella le enseñaba a chicos chicos. La empecé a tratar cuando yo ya estaba en quinto año e iba a la biblioteca de primaria con la excusa de estar haciendo un trabajo de investigación, cuando en realidad lo que quería era escaparme de misa o de las clases de inglés por la tarde. No era mala mina, pero muy bien no me caía.
- Ahí ando, con los bolonquis que tiene cualquiera.
- ¿Qué pasó? ¿Problemas con los nenes? – le pregunté yo
- Un poco eso, un poco lo otro, también hay problemas con mi novio.
- Ah, ¿En que anda Javier?
- ¿Quién es Javier?
- Tu novio, ¿no se llamaba Javier? – Yo había estado convencido de que se llamaba Javier, no sé por qué.
- No, no, se llama Juan Carlos.
- Ah, ¿y como andan las cosas entre ustedes?
- Y… no mal, pero podrían estar mejor. Es como que todo se volvió muy monótono, él antes era re querible y ahora esta medio arisco.
- ¿Pero que es más precisamente lo que pasa?
- Y… no es que me moleste que él salga con los amigos, pero me gustaría que cuando viniera a casa no se tirara en el sofá y se pusiera a mirar la tele, es como que yo también tengo ganas de salir con él y hacer cosas.
- ¿Y por qué no hablás con él? ¿Por qué no le decís que te molesta que salga tanto con los amigos y que a vos no te de pelota?
- Bruni, ya somos gente grande, no podemos ponerles condiciones a los demás ni andar diciéndoles que hacer o que dejar de hacer.
- Estoy de acuerdo, pero yo no creo que eso sea excusa para que uno haga siempre lo que se le cante. Cuando uno vive en comunidad, se somete a acuerdos y reglas. Uno siempre tiene libertad para hacer lo que quiere, eso es verdad, pero si uno quiere tener ciertos vínculos, ciertas compañías, o moverse en determinados lugares es necesario portarse de una determinada manera.
- No se si te entiendo, ¿cómo es eso?
- Y, bueno, si vos querés tener una materia de la facultad aprobada, es un requisito saber el contenido de esa materia, claro que si vos querés no estudiar sos libre y estás en tu derecho de no hacerlo, pero a cambio de eso no vas a poder aprobar. Es más uno es tan libre que hasta si quiere puede ir y matar a otros, eso sí, como uno vive en sociedad luego tiene que pagar la pena por eso, ir a la cárcel.
- No entiendo. ¿Cómo se aplica todo eso que decís a mi relación?
- Quiero decir, que es verdad que él puede hacer lo que se le cante, pero ustedes son novios y si él quiere ser tu novio vos tenés derecho a exigirle un mayor compromiso, sino, pueden cortar. Pero no es cuestión de que porque son gente grande, vos te tengas que bancar cosas que son inbancables.
- Aha.. ya veo…La verdad que tenés razón. ¡¡Gracias!! Ahora tengo las cosas un poco mas claras, y creo que voy a hablar con él.
- De nada, che mira… se me esta acabando el tiempo de la pausa y ya tengo que ir volviendo a trabajar, nos vemos, Lu.
- Chau, Brunito, a ver, cuando pasas a visitarnos por el cole, eh.
Acto seguido, le di un beso y me volví para el edificio. Tiempo quemado, se me había pasado rápido sin hablar de nada y tenía que volver a mi puesto de trabajo. Si uno se guiara por esa breve conversación que habíamos tenido Luciana y yo en la calle, podría pensar que Lu era una mina grande bastante simpática la cual no tenía prejuicios y escuchaba las sugerencias de alguien bastante menor que ella. En parte es verdad que era así, pero sin embargo muy en gracia ella no me caía, sería difícil de explicar el por qué.
Lu era una mina de estatura normal, muy flaca, de ojos marrones y rubia. Aunque en este país, y en gran parte del mundo, decir rubia es sinónimo de “linda”, podríamos aclarar que este no era su caso, a pesar de que ella más de una vez se la pasara diciendo que por más inteligente y buena persona que uno fuera, siempre había algo que entraba por los ojos. Tenía un arma de seducción bastante importante, la cual era su (no se si real o simplemente aparente) ingenuidad.
Mi hermanito, siete años menor que yo, había sido alumno de ella en el colegio, por lo cual yo ya tenía una idea del tipo de profesora que era. Para aclarar un poco las cosas podríamos hablar antes de los tipos ideales.
Weber solía usar tipos ideales cuando quería presentar teorías o ideas, y al usar ese término, no se refería precisamente a Tom Cruise o a Johnny Deep. Los llamados “tipos ideales”, son abstracciones teóricas en estado puro, son idealizaciones. Un tipo ideal es algo que esta basado en la realidad pero que es imposible encontrar en esta. Una generalidad singularizada que ayuda a entender más fácil algunas cosas que se dan en la realidad. Para que lo entiendan mejor, podríamos decir que todos los estereotipos son una suerte de tipos ideales, ya que se basan en la realidad pero están idealizados.
Hay dos tipos ideales de maestras del primario jóvenes (con “jóvenes” me refiero a de treinta años para abajo). Una es la maestra sexy con cara de nena que muchas veces es el primer amor de los nenes, pero que no es ninguna boluda, sabe muy bien poner orden y es respetada y recordada por todos los alumnos (y admirada y envidiada por las nenas). El otro tipo ideal de maestra joven, es el de la típica boluda que no sabe hacerse respetar y que cuenta cosas de su vida que no vienen al caso, de esas que cuando hay algún problema, ya sabés que no podés contar con ella, en general suele pasar con algunas maestras suplentes, pero varias son así incluso cuando son las profesoras titulares, las típicas que en su clase cuando toman prueba estudian dos y se copian todos los demás.
Obviamente, el tipo al que pertenecía Luciana, era al segundo, sus clases eran un caos, tan inútiles y vacías de contenido que había que buscar alguna que otra actividad para no perder el tiempo, de hecho, algunos alumnos mientras hablaba le gritaban “¡¡CALLATE!!” y ella no hacía nada. Repito, no era mala mina, pero muchas veces es la omisión mucho más dañina que la acción.
A pesar de no haber sido alumno suyo, había tenido el suficiente trato con ella como para poder formarme mi criterio y coincidir con mi hermano. Además lo había conocido al novio, que iba a visitarla medio a escondidas a la biblioteca del colegio.
Era un boludazo, un gigante de esos grandotes que se la pasan caminando mientras se ríen y uno se pregunta de qué cuernos se están riendo, mientras mueven los brazos como si los músculos les pesaran. Cuando me daba la mano, daba la impresión de que lo quería era hacerla mierda con la fuerza bruta, era de esos que creen que un buen gesto es destrozarte la mano y después te dicen “apretá, maricona”.
Era bastante mas chico que Lu, cinco años menor, pero aún así no era el tipo de persona a la que le gustara aprovechar el tiempo y hacer cosas productivas, mas bien, se beneficiada del prestigio de otros, y así fue como había conocido él a Luciana: diciendo que era estudiante de medicina cuando en realidad, lo que hacía era manejar una ambulancia.
A veces me cae mal alguien simplemente por el tipo de gente con el que se rodea, se que por ahí a veces no tenga que ver con la persona en sí, pero hay veces que me cuesta realizar la disociación. Más de una vez para que me dejara de gustar una chica solamente bastaba con saber que tipo de flacos les gustaban. No es que Lu me gustara, pero el simple hecho de verla con ese tipo hacía que me cayera un poquito mal.
Agradecí que tuviera que volver al edificio, no pensar en ese dúo me iba a hacer bien. En el ascensor un tipo me habló.
- ¡Cómo vuela la guita ahora! ¡Me acabo de gastar quinientos pesos en el supermercado!
- ¡Ja!
La verdad, quería hablar con ese tipo, practicar un poco de small talks, pero si quieren saber la verdad, soy pésimo para sostener charlas sencillas y simples.
Cuando subí al piso fui a ver a Marissa, la secretaria de nuestra pequeña empresa, en realidad era una suerte de mezcla entre secretaria y administrativa de RR.HH., ya que ella se encargaba de hacer las entrevistas con los nuevos empleados y de llevar el parte de las asistencias. Le quería preguntar por Margarita.
- Disculpa, Marissa, te hago una pregunta, ¿Tenés idea de qué paso con Margarita? Ya hace dos semanas que no viene.
- Ah, cierto, la verdad que no sabemos nada, no tenemos ni la más mínima idea de que es de su vida.
- Ah, ¿No saben? Yo pensaba que estaba enferma o algo.
- Ni idea, ¿Vos tampoco sabés nada? ¿No te llamó ni nada?
- No, que raro.
- La verdad, es un misterio.
- Si, habrá que resolverlo.

7 comentarios:

Virginia dijo...

Que buen texto!! Te digo algo? Escribís muy bien!! Como quien dice...me transportaste a distintos lugares con esta historia!
Me quede pensando en que le habrá pasado a Margarita ¿Y si la llamás? ¿Habrá forma de conseguir ese número?.
Y en cuanton a Luciana y los prototipos..mmm, disiento en eso, querido Bellis. Siempre fui de la idea de que hay que conocer bien a una persona para juzgarla, claro está, que lo hacemos habitualmente...pero nose, mi pequeña experiencia con personas que juzgué, me obliga a decir esto. Se me hace que Luciana es insegura, más de eso no puedo opinar porque no la conozco :P.
Un abrazo!! que estes muy bien!

Anónimo dijo...

Maravilloso texto. Me encanta.

Daniela dijo...

Es verdad;ocho años pero es como si hubiera sido ayer......
También coincido con lo que decís acerca de la muerte.Todos le tenemos miedo a ese día,pero siempre es mejor morir de viejo,pacíficamente que en circunstancias tan horrorosas como las del 11 de Septiembre....

Buen fin de semana para vos también.

Dani.


P.d: disculpame que no haya respondido antes....Estos últimos días estuve muy resfriada y con dolor de cabeza...entre otras cosas....

Martín Gustavo Vitale dijo...

La verdad que en la primaria tuve de seño a cada boluda... bajón mal.

¡Buen texto! Si es el capítulo uno, la novela promete ;)

¡Abrazo!

victoria ruiz dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
victoria ruiz dijo...

Bellis! te confieso algo? hace días entraba a tu blog y veia que era tan largo el post que me daba "fiaca" leerlo (si muy de vaga lo mio).
Pero hoy dije "lo voy a leer" y lo lei en un segundo!
tenés una forma de escibir que hace que la lectura sea muy fluida.. me encanto el texto.. espero la segunda parte :)

(el comentario anterior lo suprimí porque tenía unos errores de ortografía que no me di cuenta al escribirlo :P)

Kurosawa dijo...

Que copado lo que escribiste!!!
(medio cuelgue que escribo en un post viejo, pero es muy bueno!!!)

Lo empecé a leer y después no pude dejar de leerlo porque queria saber como seguia xD!
Y ahora se me hizo un poquito tarde para ir al trabajo, porque me quede leyendo, pero lo bueno es que ahora en el camino voy a ir pensando en el texto que escribiste que obviamnete es mas copado que los pensamientos q se me cruzan mientras camino 15 cuadras semi-dormida.

que tengas linda semana! =)
adeuuu!!