Apología de la lógica

Hoy en día es muy común que muchos se dediquen a atacar a la lógica, a defenestrarla, a hacerla ver como algo que funciona en teoría pero que falla en la práctica.

Con esta última postura concuerdo en tres puntos, el primero es que muchas veces explicaciones lógicas fallan en la práctica, pero yo creo que eso es porque las premisas no son las correctas, no es lo mismo que algo sea válido o lógico a que sea verdadero. Cuando un razonamiento es falso, es porque las premisas o bases son falsas o porque el razonamiento esta mal hecho.

Otro punto con el que concuerdo es que todos somos personas emotivas mas que racionales, a nadie le gusta que le demuestren que esta equivocado y a mí me parece que ese es uno de los motivos por los cuales hoy por hoy hay un fuerte rechazo hacía la lógica.

También es verdad que siempre va a haber cosas que tomemos por ciertas sin siquiera planteárnoslo, y esas generalmente son las ya nombradas premisas o bases del razonamiento, por eso también se llaman presupuestos, porque no se pueden demostrar (o es difícil hacerlo) y directamente se consideran verdaderos para que a partir de ahí se construya un razonamiento. Por eso es muy importante al analizar un planteo, ver cuales son las premisas, que cosas se consideran verdaderas a priori.

Una vez teniendo en cuenta estos tres puntos esenciales, creo que se le puede dar un buen uso a la lógica o raciocinio, como ya dije, no podemos ponernos a pensar lógica o racionalmente las veinticuatro horas del día, ya que no somos 100% seres racionales. Si fuéramos seres completamente racionales podríamos probarlo todo, incluso las premisas y las premisas de estas premisas. Es por eso que el hecho de que existen presupuestos o principios de razonamientos es la prueba fundamental de que no somos completamente lógicos, ya que esto nos muestra que el razonamiento tiene límites.

A lo que voy es a que tenemos que darle al razonamiento un valor y un uso mayor al que muchos tienden a darle. La lógica, si se le da un buen uso, puede ser la espada de la justicia. Nos ayuda a demostrar que cosas como el racismo son puras falacias e inventos basados en mentiras, que es mentira que existen “razas” superiores a otras, así como también nos puede demostrar que es mentira eso de que “los pobres no trabajan porque no quieren”.A este tipo de mentiras víles (ya sea la afirmación de que el que es pobre, es pobre porque quiere, o que hay razas mejores o razas peores), se las llama falacias, es decir, razonamientos erróneos que pueden dar la impresión de ser verdaderos, y esto en el caso de que tengan una cierta argumentación ya que por lo general son simplemente afirmaciones falsas dichas por brutos.

Hay una frase que para ser sincero no me gusta para nada y es la famosa “es tu palabra contra la mía”. ¿Realmente es tan importante quién es el que dice algo cuando se trata de comparar opiniones o afirmaciones? Da la impresión de que hay gente que pone las afirmaciones o sentencias hechas por los demás en una balanza en la cual el peso esta determinado por quién es la persona que las hizo, y no por lo que se dijo en sí mismo.
Pareciera que hubiera gente que quisiera que volviesemos a la Edad Media en la cual, la prueba contende de cualquier cosa era “que lo decía Dios”, y a la vez la prueba de que Dios existía era “que lo decía la Summa Teologíca”, y así con todo.
En muchos casos podríamos decir que nuestros tiempos no son tan diferentes, ya que si prestamos atención podemos ver muchos casos de gente que esta afiliada al Partido Socialista Burgués, por el simple hecho de que papi y mami eran militantes de eso partido, o que odían a tal o cual porque en la casa le inculcaron eso.

Para redondear, la vida no es lineal, pero no por eso tenemos que desmerecer a la lógica, ya que nos ayuda a no dejarnos llevar por mentiras bien armadas a la vez que es una gran herramienta para llegar a acuerdos justos entre las personas.

Horóscopo de la semana: Sea analítico no crea ciegamente en nadie y piense por usted mismo, no se olvide de que incluso sus mejores amigos o parientes pueden algunas veces equivocarse o, en el peor de los casos, mentirle.